El sol es fuente de vida y nos aporta muchos beneficios, pero como todos sabemos puede resultar dañino si no nos protegemos o nos exponemos en exceso a sus rayos. Esto es especialmente importante en el caso de bebés y niños, ya que su piel es mucho más sensible que la de los adultos y debemos protegerles tanto para evitar las quemaduras como los daños que la radiación ultravioleta puede provocar a largo plazo.